El pasado viernes tuvimos la oportunidad de disfrutar de un hermoso espectáculo desde el Anfiteatro de Chacao en el estado Miranda; en donde varios representantes del arte y la cultura nacional, se congregaron para darle su apoyo al candidato opositor Henrique Capriles Radonski.
Este tipo de demostraciones no las notábamos desde el año 2002, fecha en la cual los actores y cantantes venezolanos decidieron fijar una posición con respecto a lo ocurrido en aquellos días. Hoy, muchos de ellos decidieron señalar abiertamente su inconformidad con el gobierno actual y hacer pública su inclinación política.
Si bien en días pasados, otro grupo de animadores, músicos e histriones hicieron lo mismo pero con el candidato Psuvista. Esta vez notamos una actividad contestataria a lo sucedido. Desde principio a fin, con cada articulación, presencia, melodía y movimiento de cámara; los espectadores nos sumergíamos en una profunda emotividad. Porque cada palabra, sin duda alguna, era el reflejo de lo que vivimos todos en Venezuela.
Es una crítica burda aquellos dizque "neutros", quienes piensan "los actores no deberían hablar de política", ¡por Dios! alguien que piense de esa forma carece de total responsabilidad con su país, ni siquiera desea cumplir con sus obligaciones ciudadanas. Acaso ¿el actor, médico, cantante, maestro, obrero, etc no sufragan?
Ya en otra publicación lo decía, todos absolutamente todos, sea cual fuere la profesión, orientación sexual o creencia religiosa tenemos deberes ciudadanos que cumplir, y votar en nuestra nación, resulta determinante.
"Venezuela se ha convertido en una melancólica pera de boxeo" Leonardo Padrón. Nadie puede negar la realidad. En este país no se dialoga, se discute, se maltrata, ofendemos a quien detestamos. Odiamos la verdad. La violencia hoy ha cobrado un valor tan importante en nuestras vidas, que despojarnos de ella pareciera difícil. Desde la infancia, percibimos el robo, la muerte y el lenguaje vulgar como instrumentos a usar comúnmente de los cuales no deberíamos sorprendernos. La familia juega un papel fundamental en la erradicación de estos males. Pero el Estado siempre será responsable de corregir, prevenir y castigar a quienes cometan delitos destructores de la paz ciudadana.
"Si bien Maduro no es Chávez, Capriles tampoco es CAP, ni Caldera" Gledis Ibarra. Esas comparaciones de los pasados 40 años han resultado sofocantes. A decir verdad, todos los que el domingo votaremos nacimos en esa cuarta república. Las obras de infraestructura de envergadura de vialidad, teatros y museos corresponden a esa época. Entendamos que el gobierno chavista se erigió y continua en el poder sobre la base de obras verdaderas, existentes actualmente, de los gobiernos pasados. Venezuela ha evolucionado y Capriles debe tener la oportunidad de demostrar que la política dejó de ser caudillista, atrasada y escasamente vanguardista.
En nuestra vida mandamos solo nosotros. El futuro lo construyes tú, seas de la profesión que fueres. Vota, piensa fantasea con una patria mejor. Se ha hecho mucho, pero aún falta mayor esfuerzo y determinación.
martes, 9 de abril de 2013
La campaña tocó a los artistas venezolanos
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