lunes, 1 de julio de 2013

RETROSPECTIVA: Una mirada a la Venezuela de hace 15 años y la de hoy


No tengo tantos años como aparento, y la misma cantidad tal vez a algunos les parezca insuficiente para poder hablar de cómo veía a mi país en mi infancia, parte de mi adolescencia y hoy. No es un cliché, decir y pensar que cuando se está empezando a respirar, los problemas son mínimos. De niños creemos que todo tiene solución, y la imaginación se apodera de nuestras mentes e ideamos una vida y futuro perfecto.

Sin embargo, cuando yo tenía unos siete años disfrutaba de una sociedad  sensible, respetuosa y la cual gozaba de variedad en artículos y servicios. Al acudir a un supermercado, o una tienda donde comercializaban productos de higiene hallábamos los artículos de las marcas y proporciones que más nos apetecieran o tuviesen nuestra preferencia. Al llegar al hogar y querer distendernos con algún programa particular, lo hacíamos y no era necesario sintonizar un canal de cable o satélite como es común actualmente.


La Venezuela del pasado también era rica en carencias. Por muchos espacios transitados notábamos pobreza y desidia, que hoy persiste pero en menor proporción. Cuando acudíamos a la escuela pública idealizábamos a la maestra como la autoridad que merecía todo el respeto y atención posible, y pobre de aquel que dijera una palabrota frente a ella, el regaño no estaba nada sencillo. Hoy ya no hacen faltan amenazas con posibles castigos, porque en una institución educativa desde el más adulto hasta el de menor edad tienen un vocabulario que pasma hasta al más vulgar de los hombres. Terminar un año escolar y prepararnos para el próximo representaba un enorme sacrificio que debía estar signado por mayor compromiso ante una tarea llena de dificultad, para poder aprobar con éxito y esmero. Y asimismo con otros elementos convivimos en aquella Venezuela de otrora que no es igual a la de hoy, ni mucho menos a la del futuro; por lo cual pido a Dios cada día para poder disfrutar de un país mejor (futuramente) y no el primitivismo actual.

No quiero que este artículo se convierta en unas cuantas líneas donde pensemos “este gobierno ha sido lo peor”, “este es otro utópico que piensa en eso de todo tiempo pasado fue mejor”. Por el contrario, la situación actual debe hacernos reflexionar y pensar que ayer tuvimos muchas cosas buenas y de igual forma ocurrieron hechos lamentables, pero hoy no podemos estar peor. Definitivamente debemos luchar por la consecución del bien común y avanzar.

No se justifica como la calidad de vida del venezolano cada día es más distante a ser verdaderamente “ÓPTIMA”, y todo ello por las enormes deficiencias en el transporte público, los servicios básicos, la internet, los productos de consumo masivo, la inexistencia de un aparato realmente productivo, la invisibilización de empresas dedicadas a satisfacer las necesidades de la población, televisoras donde se informe, culturice, recree y eduquen los ciudadanos de todas las tendencias políticas y en las cuales hayan muchas ofertas y competencia entre dichas empresas (como anteriormente con RCTV y VV).


Quiero una nación donde salir a la calle y reclamar los derechos no represente una automática descalificación por parte de sus regentes, que no exista temor por ser víctima del hampa y la violencia. Quiero una Venezuela en la cual el respeto sea rey entre las pasiones de cualquier tipo. ¡Basta de anarquía!. Construyamos todos el país anhelado y posible si nos esforzamos.


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