lunes, 25 de marzo de 2013

Lo increíble y no imposible de una familia


‘Lo Imposible’, es una película que nace a partir de una historia real, donde se recrea la trágica experiencia de una familia española que estaba en la costa de Tailandia (al sudeste de Asia), cuando la zona quedó arrasada por el devastador tsunami del año 2004 y que causó la muerte de miles de personas.

Es un filme meramente español, pero hablado en inglés, con subtítulos en castellano y con un reparto importado. Es por ello que cuenta con la participación de Naomi Watts (María Bennett), de Ewan MacGregor (Henry Bennett) y de Tom Holland (Lucas Bennett) principalmente, y muy bien cada uno con sus papeles.

Juan Antonio Bayona (El Orfanato, 2007), da un salto enorme al atreverse a dirigir esta película, pues su intención es mostrar todo aquello que no pudo verse en las noticias y enseñar el lado más humano y más a ras del suelo. El drama, la desesperación, la angustia y la felicidad se viven casi desde el inicio del largometraje, y los mismos son estados que acompañan a la película durante todo su desarrollo.

Quizá lo más emocionante de ‘Lo Imposible’ es el realismo tan gigantesco que posee, donde el espectador tiene la sensación de sentir la violencia del agua y el golpe de los objetos que hieren a los protagonistas. La recreación del tsunami es para elogiar eternamente. Bayona despliega todo su potencial y luce su talento para una puesta en escena digna de considerase como obra maestra.

Es una película que casi pudiera catalogarse como inmejorable, pero tiene sus fallos en secuencias y escenas, en las que no se debió arriesgar tanto. De primera mano, se encuentra la búsqueda de la lágrima fácil, que a pesar de estar casi que viviendo lo ocurrido, le adhieren una sobrecarga emocional innecesaria; eso por una parte y por la otra, nos encontramos con la música (de la mano de Fernando Velázquez), que vuelve el drama más evidente de lo que se ve en pantalla. Hay momentos en los que se necesita silencio para que la carga emocional sea más cercana, pero el drama vuelve cuando Velázquez intenta que su música sea más protagonista que los propios personajes, entorpeciendo la historia.

En lo que se refiere al aspecto técnico, la cinta es maravillosa. Sus primeros cincuenta (50) minutos son infartantes e incluso su calidad es tan alta que supera a la de muchas películas de Hollywood. La maquetación y ese enorme trabajo de arte gráfico  usados para simular la masa de agua, que arrastra con todo, es tan real, que transmite el propio esfuerzo realizado por los actores.

Naomi Watts y Tom Holland tienen el trabajo más difícil: deben enganchar al espectador; realizan un impecable trabajo, hasta tal punto que logran hacer creer que realmente son madre e hijo y que están viviendo una pesadilla sin salida alguna.

Ya para cerrar debo decirles que es una película tan realista como hermosa. La historia te llega increíblemente. Todos los elementos se adhieren y construyen una película casi que perfecta. Es un drama con un impacto emocional bien fuerte y que con actuaciones grandiosas, una fotografía preciosa, efectos, montaje y edición enormes, se le añade una dirección muy buena. Tanto Watts como McGregor dan lo mejor de sí, sin embargo mis aplausos van para el actor revelación Tom Holland, hizo un trabajo magistral.

Indidudablemente, el filme cala por su fuerza dramática y es probable que la mayoría de los espectadores no se hayan enfrentado a una inundación o a una catástrofe natural, pero de seguro sienten la íntima sensación de pérdida que logra transmitir, de que en un instante todo lo que tienes te puede ser arrebatado. No obstante, lo que uno ve en la pantalla es una imagen y un mensaje esperanzador: la familia unida puede superarlo todo y salir adelante.



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