La semana pasada se reanudaron las actividades en la AN,
donde como siempre privaron como órdenes del día puros permisos para la
aprobación de créditos y se negaron las modificaciones propuestas por los
diputados opositores de discutir el audio que les paró los pelos, perdón el
montaje de la CIA y los israelíes mostrado el lunes por Ismael García.
William Dávila intervino y señaló tajantemente su deseo
para que se abriese una investigación transparente por los hechos de violencia
acaecidos posterior al 14A y la revuelta en la cual resultaron heridos varios
diputados del Poder Legislativo, duró 10 minutos haciendo la presentación y
explicación de su propuesta aún cuando son 2. Sin embargo, acaso el parlamento
¿no es para parlar (conversar/dialogar/discutir)?, y si se hacen explicaciones,
pues las mismas son necesarias.
Posteriormente una Tania Diaz tomaría la palabra de forma
muy irónica y pausada para hacer quedar como violento al colega que la
antecedió, aprovechándose de su tiempo para mostrar imágenes de los hechos de
violencia y decir, con mucha convicción y altisonancia, que nunca permitirán
que en la AN algún diputado hable mal de su “comandante supremo”. Bien arriechi
la señora, quien por cierto es otra más de las mencionadas en el audio “montado
para desacreditar a la revolución”. No es que yo quiera justificar o sentirme
feliz cuando alguien decide arremeter contra el fallecido jefe del Estado, pero
es que él no fue ninguna perita en dulce y hay quienes mantienen muchas
críticas contra su gobierno y estilo de hacer política, y las mismas no pueden
quedar vetadas; asimismo su imagen no puede seguir siendo usada para dirigir
los destinos del país, porque la sociedad necesita soluciones tangibles y no
idearios ilusos, utópicos y absurdos porque esos sí que no matan el hambre.
A lo largo de la sesión notamos un debate un tanto flojo
porque los temas que realmente preocupan a los ciudadanos no tienen que ver con
unos créditos para x o y ministerio. Los tópicos azotadores son la inexistente
producción originadora de un desabastecimiento abismal, la inseguridad, la
inflación y la galopante corrupción.
Solo dos discursos me llamaron poderosamente la atención
y ello se debe a que tocaron un aspecto vetado del verbo de los dirigentes
partidistas más importantes del país, y este se refiere a la crisis en las
universidades del país. El representante de los pueblos indígenas Arcadio
Montiel fue el primero en hacer mención al conflicto, sucedido por un diputado
valenciano de Proyecto Venezuela; sin embargo este aspecto lo trataremos en el
próximo artículo.
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