Este miércoles 1ero de mayo se celebró en todo el mundo
el día internacional del trabajador; así como también, sirve la fecha para
conmemorar el fallecimiento de diversos empleados caídos en los años 80
producto de protestas realizadas en la ciudad de Los Ángeles, Nueva York y
Barcelona en exigencia de sus reivindicaciones justas y un trato más humano.
Pues bien, en Venezuela desde hace varios años se utiliza
el día para salir a la calle y marchar. Básicamente desde la CTV (Confederación
de trabajadores de Venezuela), se hacían estos llamados. Sin embargo, el día
miércoles los dos sectores políticos del país patearon la calle. Unos en apoyo
a la nueva ley del trabajo y al gobierno; y los otros en contra del mismo y del
aumento salarial del 20% para el mes de mayo.
Cada quien tiene derecho a manifestar su conformidad o
por el contrario, disgusto con situaciones particulares. Pero es necesario
analizar detalladamente las justificaciones de estos encuentros, por así
denominarlos. El país en estos casi 5 meses del año en curso atraviesa, además
de una crisis política, por una enorme crisis económica. Encabezada por un alto
desabastecimiento de los alimentos y enseres de tocador más importantes, como
la harina de maíz, margarina, azúcar, papel higiénico, entre otros. Aunado a
ello, tres días antes de las festividades de Carnaval se anunció la devaluación
del 46% de la moneda nacional; con este panorama la vida en Venezuela ha
resultado muy cara, obligando en cierta medida a realizar ciertas
restricciones.
Como señalé anteriormente, “cada quién tiene derecho a
manifestar su conformidad o inconformidad” pero ¿llevar el salario de Bs. F. 2.000
a 2.400 les parece a todo los empleados del país, sin distingo de creencias y
colores, algo justo? Si la canasta alimentaria, antes del anuncio de
devaluación era mayor a 3.000 Bs. F. y con todos estos hechos ha aumentado más,
cómo subsistirá el ciudadano clase baja y media con este aumento.
Por otra parte, los ciudadanos no solo comen, también
adquieren artículos de tocador, cancelan los gastos en servicios públicos,
transporte, educación y otra cantidad de menesteres, generadores de gastos
mayores al salario mínimo. Definitivamente, es una lástima notar como se
intenta politizar un reclamo justo y el cual, considero, todos los trabajadores
reclaman, sean socialistas o no.
No nos queda más que esperar lo próximo a acontecer con
el devenir del tiempo, que esperemos esté lleno de muchas cosas buenas, aunque
según lo pronosticado será mucho peor.
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