miércoles, 15 de mayo de 2013

Tato Elias, por favor



Tato;

No podemos seguir así. Esto tú y yo ya lo habíamos hablado vale, lo habíamos conversado…

Tenemos 4 años juntos, he concluido que contigo tengo la relación mas estable y constante que he tenido en mi vida… Recuerdo haberte conocido un 14 de febrero, estabas ahí, en el medio de la cocina solo porque yo quería, había animado a mi cuñado para que te trajera, y después de presentarte a mi hermana, estabas ahí, conmigo, enamorándome para siempre… bajo la mirada desaprobatoria de mis papás…

Debo confesarte algo que creo que tú ya sabes y por eso haces de mí lo que te da la gana… yo me desvivo por tus ojos, y por esa mirada que me cuenta todo… me derrito por tu calor que siempre es más rico cuando estas pegadito a mi espalda, sentirte cerca es mi mejor manera de conciliar el sueño, es más, compartir mi cama contigo es un requisito obligatorio para poder descansar de verdad-verdad. Te confieso también que definitivamente, no hay mejores amaneceres que aquellos en los que te abalanzas sobre mi para que salga de la cama como pueda… hasta ahora esa ha sido la única forma de levantarme semi reconciliada con la hora, y con la vida…

Jamás te había conocido tan malhumorado y belicoso como estás ahora. Pero Tato, tú y yo ya sabíamos que este momento llegaría… eventualmente aparecería alguien que oficialmente ocupara este lado izquierdo de la cama que tú dejas según tu antojo, y a este recién llegado probablemente no le gustaría que le estén calentando la cama a la amada, y mucho menos que la bañen en besos todos los días como lo haces tú, conmigo… Esperábamos que quizás el aparecido fuese mas inteligente y se hiciera el loco, y entendiera tu lugar en mi vida y asumiera que el que sobra y a quien le damos una oportunidad de acoplarse a este dueto que ya estaba completo es a él, no a ti… pero tú no ayudas, no quieres colaborar conmigo por mi bien emocional, y te le fuiste encima la primera, la segunda y pare usted de contar las veces, cada vez que lo has pillado abrazándome; formas un alboroto y una gritería cada vez que esta en la casa, y haces cosas que antes no hacias; a veces dañas, otras ensucias, parecen actos subversivos y de protesta antes una situación que era inminente….

Si Tato, me caso, pero no te preocupes, tú vienes conmigo… cuando el recién llegado apareció lo primero que supo es que yo venia en combo, y que más me cuesta separarme de ti que de cualquier otro… No te angusties, porque lo que yo siento por ti no tiene comparación con lo que siento por él, y él, nunca va a vivir más de lo que tú has vivido conmigo… tú y yo estaremos juntos para el resto de la vida, no importa el lugar, el tiempo o el espacio, mi amor es como tú, fiel e incondicional para ti, hagas lo que hagas…

Nos tocará compartir Tatico, quizás no dormiremos en la misma cama, será otro el calor en mi espalda… tendrás que hacer ciertas concesiones y aprender otros modales… pero no te molestes, porque yo te juro que cada día traerá un momento y esos minutos serán solos tuyos y míos…

Ahora, te pido un favor, intenta ser simpático con él, un poco de receptividad y amabilidad no estaría mal… pero sobretodo, mi amor de 4 patas, mi niño disfrazado de perro; ¡¡¡¡te pido que no vuelvas a hacerte pipí sobre su almohada!!!!

¡¡TE AMO!!

Kryssia.

Autor: Kryssia Kipp

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