viernes, 23 de agosto de 2013

'Bolívar, el hombre de las dificultades', sin uniforme ni coraza durante un año

“Vuestros padecimientos bajo la tiranía española me han traído a vuestro país a la cabeza de una expedición, cuyo único objeto es libertar a Venezuela (…). No temáis que nuestra espada sólo se empleará en defenderos contra nuestros verdaderos enemigos”. Simón Bolívar.
Hoy se cumple una semana del estreno nacional de la película ‘Bolívar, el hombre de las dificultades’, trabajo audiovisual del reconocido cineasta Luis Alberto Lamata, en el que se reseña una parte de la vida del prócer venezolano, comprendida entre 1815-1816, año que fue trascendental para la Independencia Latinoamericana. Acontecimientos muy humanos y emocionales fueron detonantes para iniciar el levantamiento del proyecto independentista con vista hacia la planificación del tránsito a la Tercera República.

Luego de haber perdido la Segunda República de manos de José Tomás Boves, Simón Bolívar es expatriado a Jamaica. Allí confronta la apatía de sus aliados y se ve ante una difícil intersección en sus objetivos independentistas. En la película ‘Bolívar, el hombre de las dificultades’ se devela a un hombre sin uniforme, uno que sufrió el exilio en Jamaica, en medio de la soledad y la penuria, uno que creyó que había fracasado como héroe. 



El rodaje de la cinta es producido por la Villa del Cine, en colaboración con los países España y Cuba. Un dato importante es que la producción forma parte de un compendio de serie de Libertadores, una recopilación de largometrajes que muestran diferentes momentos de la vida de algunos próceres suramericanos, siendo -esta película de Bolívar- un extracto de las 30 obras cinematográficas que el cine venezolano estrenará durante el año 2013.

Desde el punto de vista técnico, el filme cuenta con unos decentes recursos para hacer una puesta en escena aceptable, dejando buen sabor de boca, sobre todo porque las películas de época no requieren los típicos efectos cliché hollywoodense. Ahora, no deslumbra en dicho apartado. Varios errores y alguna que otra toma dejan entrever el no cuidado de detalles tan importantes como ese. 

             

Por medio de efectos especiales, se ve escenificada la batalla naval de la Expedición de Los Cayos. Vale decir que este fue uno de los mejores momentos de la cinta (por lo menos, para mí). Básicamente, es clave para que el espectador pueda sentir esa sensación de acción y quizá hasta de tensión. 

Durante los 116 minutos de duración del filme, la acción es casi nula, sin embargo si sufre de un exceso de comicidad y ocasiones poco ‘serias’. El climax es inexistente y el hecho que no esté le resta bastante. Otro aspecto importante es que la película está ambientada en el siglo XVIII, pero a ratos largos se siente como del siglo XXI. ¿Con o sin intención? Pregunta para repensar constantemente.

Para el desarrollo de la cinta hubo una participación de 200 personas de países tales como Cuba, España, Venezuela y Estados Unidos. También colaboraron tres (3000) mil extras. El elenco principal está formado por: Roque Valero, Jorge Reyes, Beatriz Valdez, Camila Arteche, Paula Woyzechowsky.



En cuanto a las actuaciones, nadie deslumbra como para alabarlo y otorgarle un gran premio. No obstante, sí que se aplaude la interpretación, principalmente de Roque Valero como Bolívar, puesto que según los documentos de la historia, Valero reúne las características físicas del Libertador y mucho es -según los conocedores de la materia- el parecido físico que pudo existir entre los dos. Reyes, por el contrario, con toda la libertad que tuvo para construir a su personaje (villano, por cierto) no logra su cometido; se ve acartonado. En fin, es demasiado ‘bueno’ para ser malo. Beatriz Valdez, Camila Arteche, Paula Woyzechowsky y otros, tienen apariciones breves que son cumbres y dejan una sensación agradable. 

Lo que se refiere al idioma fue un punto que el director manejo con mucha cautela. Las pronunciaciones del inglés, francés y, claro está, español están muy bien ejecutadas. Todos los que tuvieron la labor de hacer transiciones entre dos lenguas (inglés/español o francés/español) cumplieron su cometido.

En conclusión: nuevamente, el cine venezolano tiene la oportunidad de innovar y cambiar ese estereotipo que durante años nos acompañó. Los cineastas han comprendido que las groserías, los cerros de Caracas y los ladrones no lo son todo. Mucho potencial y material es el que existe, hoy por hoy, para materializar una propuesta cinematográfica. En esta oportunidad le tocó a aquél que libertó a nuestra nación Venezuela. Lamata presenta a un Bolívar desde una perspectiva más humana, sin coraza, con debilidades y angustias que lo llevaron hasta pensar en la muerte. ¿Cumplió su cometido? Tal vez si, tal vez no (depende de cada uno), pero varios son los errores y sobre todo la -no- intencional visión partidista que ensombrece la historia de un gran líder latinoamericano.


Pablo Torres Viloria
@PablooTV

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