lunes, 6 de enero de 2014

¿Qué ocurrió el 8D?


Hay aspectos fundamentales en la vida los cuales no podemos ignorar. El 8D se llevó a cabo una elección en Venezuela que permitió a la oposición recuperar algunos concejos municipales y hacerse de nuevos ayuntamientos, pasando de 56 a 77; pero permitiendo que Nicolás Maduro haya salido airoso de esta contienda.

¿Cómo es que teniendo oportunidad de quedarse con casi 100 alcaldías, sólo se logró el 77% del cometido?, ¿por qué los seguidores de la disidencia están conformes con tener alcaldes en las principales ciudades, ignorando la relevancia de las localidades rurales para las elecciones parlamentarias del 2015? Aquí sencillamente vivimos de un consuelo absurdo y aún cuando los adecos pudieran parecer “rayados” en esta época, lo asegurado por Henry Ramos Allup de que “los votos se cuentan y no se pesan, y hay que diseñar estrategias para llegar a las clases más deprimidas” es algo que debe hacerse.

Las respuestas a las interrogantes anteriores son sencillas: la MUD no tiene maquinaria, en varios municipios jugó fuertemente el sectarismo de algunos partidos de la alianza, el MAS impidió (con su divisionismo) que la oposición se quedará con 4 municipios, durante el período de campaña lo que menos hicieron (algunos candidatos opositores) fue eso: la campaña, y así un mar de razones que de seguir continuarán haciéndonos menguar.

Los partidos políticos son organizaciones que no pueden existir solo para dar ruedas de prensa los lunes a las 11 de la mañana. Los partidos políticos tienen que patear la calle, captar adeptos, edificarlos, y ser unos monstruos antes y durante la fiesta comicial.

Lo más relevante ahora es asegurar con toda certeza que el Táchira es el estado más opositor del país y Portuguesa igualmente, pero con las fuerzas del gobierno. Con estos resultados pareciera que Nueva Esparta y Zulia se quedaron en el olvido, y pasaron a otras manos. Sorpresivo resulta que en bastiones del gobierno como Apure, se ganará en algunos lugares.

Es lamentable como en Mérida y Anzoátegui se registran avances y al momento de una próxima elección la oposición retrocede. Cuando se producen resultados definitivos cada quien echa culpas sobre lo primero que se le atraviese y la verdad, o al menos la mía, da como resultado la ambición de algunos dirigentes que impide un trabajo sincero, unitario y visionario en pro de los ciudadanos.

Acá sencillamente todo el mundo ha caído en el juego del gobierno. Se dejan mojar la mano, hay un autosaboteo y por desgracia así continuaremos hasta tanto no reflexionemos sobre el rol de cada ciudadano en esta cruzada. ¿Qué viene ahora? ¿Esperar y ver, predecir y preparar o hacer que las cosas ocurran? Escojamos la acción que nos resulte más cómoda, sin embargo en estos momentos tan dinámicos usar alguna de estas posiciones de acuerdo al contexto, resulta la solución más idónea.

PD: Espero hayan recibido un muy buen año junto a sus familiares. ¡Despierten ese organismo para empezar a trabajar por Venezuela!


Gabriel Rodríguez

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