martes, 7 de enero de 2014

¿Tendrá la MUD un futuro incierto?


La organización congregadora de los partidos opositores y dirigentes independientes, de todas las tendencias políticas, del centro (AD, ABP, UNT), la izquierda (CAUSA R, Avanzada Progresista, Bandera Roja) y la derecha (COPEI, PJ, VP), denominada Mesa de la Unidad Democrática fundada en 2010 y dirigida por el socialcristiano Ramón Guillermo Aveledo, parece haberle caído una maldición no sólo por los adversarios, sino por parte de quienes la integran.

Luego de la derrota opositora en diciembre del año recién culminado, se clamaba por las posiciones de Roberto Enríquez (COPEI) y Henry Ramos Allup (AD) para referirse a causas y correctivos; por otra parte María Corina Machado (independiente) y Leopoldo López (VP) dirigieron sus índices hacia Capriles y la MUD. Sus  razones sencillas: pura ambición de poder, pero ese será el tema de una próxima publicación.



Pues bien ante el panorama y el ojo acusador de periodistas y militantes, al doctor Aveledo no le quedó otra que ofrecer su cabeza para facilitar las transformaciones que deban hacerse. Tal acción, hasta el momento, no se concreta porque la mayoría de los partidos lo ratificaron en el cargo.

Con toda esta situación debe sostenerse que la MUD no tiene porque disolverse por errores de terceros, que escapan de las manos de su directiva nacional, impidiéndoles lograr cabalmente sus objetivos y metas. Aveledo ha llevado a cabo una acción titánica controlando egos y radicalismos, siendo comedido en sus sugerencias e intentando consolidar la unidad, que hasta el momento se ha quedado en el apoyo de organizaciones y no desde la ideología y los propósitos fundamentales.

Realmente en tal plano radica la disyuntiva que impide ‘arrasar’ como se espera: ideología y propósito. Si los convergentes de Yaracuy, los de UNT en el Zulia, Leopoldo López, María Corina Machado y los justicieros entendieran, que es válido tener ambiciones aspiracionales y ante esta cruzada la competencia política continúa, es más que relevante luchar contra su objetivo principal: un Estado corrupto y arrodillado a las fuerzas del PSUV y sus aliados. La actitud de los anteriormente mencionados ilustra que lo menos importante es ello, y cuando van a unas locales se dedican a sabotearse aislándose de los deseos de sus seguidores y militantes.

Quienes deseen acabar con la MUD es porque sencillamente desean protagonizar este acontecimiento histórico, implicándoles una lucha con características distantes a las que promueve su congregadora. Sí se han cometido errores, pero han sido menos comparados con aquellas atrocidades del 2002, 2003, 2004, 2005, 2007 y 2009.

Por la MUD se ha logrado un consenso, superficial eso sí, que necesita profundizarse. Demostrar que la unidad trasciende el personalismo porque el ciudadano merece un mejor país donde sus políticos velan por ello, o al menos luchan junto al individuo.

Otro error de la MUD es no rebelarse cuando ha podido (resultados de abril 2013) e incluir a la iglesia (católica y protestante), los empresarios, ONG´s, universidades, etc.


¿Cómo caer en el radicalismo de acabar con una entidad relevante, solo porque yo no le he cumplido? La MUD no tiene que morir, por el contrario debe continuar en la lucha y a los dirigentes no les queda más que llegar al encuentro y la sinceridad. De una manera contraria, el gobierno se legitimaría con mayor fuerza y los adeptos de la disidencia tendrían solo el camino de la desdicha y desgracia.


Gabriel Rodríguez

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