En
el blog llevamos varias semanas sin saber de alguna crítica al cine y no seré
yo quien se aproveche de tal ausencia para hacer comentarios al respecto. Aquí
ya tenemos quien las haga y muy bien desempeña su labor. Aún cuando me copié el
nombre de una película, solo quiero hacerlos pensar qué ocurriera si mañana
Maduro renuncia y pasado la oposición se hace gobierno. Infiero que forma parte
de la ilusión de muchos, sin dudas en el camino para llegar y materializarlo
hay diferencias.
Durante
dos semanas las ciudades más importantes del país y algunos municipios aledaños
a las mismas (Caracas, Chacao, San Cristóbal, Mérida, Maturín, Punto Fijo,
Valencia, San Diego, Barquisimeto, Maracaibo, Maracay, etc) se han visto
afectadas o bueno sus habitantes han protagonizado, voluntaria e
involuntariamente, una ola de protestas y reclamos hacia el gobierno actual
dirigido por Nicolás Maduro y Diosdado Cabello, porque hombre, este segundo
parece el germen que azota las uñas del “señor presidente”.
Una serie de reclamos que costarán ‘sangre, sudor y lágrimas’, como bien diría Winston Churchil el siglo pasado, para poder traducirse en soluciones y equilibrio, puesto que la economía e identidad nacional son dos cúmulos o áreas fuertemente afectadas por las acciones del gobierno, y no solamente requerimos expertos, sino voluntad y fuerza.
Retumban
en mi cabeza quiénes serán esos nombres
candidateables por la silla de Miraflores, de lado y lado eso sí. Cuántas
sillas se lanzarán para tomar una decisión tan trascendental o cuántas marañas
y tretas conspiradoras se tejerán para perjudicar la imagen del contendor.
Insistiré
en la existencia de un protocolo para llegar al escenario de una próxima
elección presidencial. Y es que hay una constitución que a como dé lugar hay
que respetar; y además sería el único documento canalizador de intenciones que
serviría para indicar procedimientos.
Si
mañana hubiese una elección presidencial para escoger al hombre o mujer que
dirigirá los destinos de la República, cuáles deberán ser sus cualidades. Acaso
volveríamos a la firma de un acuerdo de estabilidad política a la medida del Pacto
de Punto Fijo, cuáles serían las vías para apresar a los altos jerarcas del
Estado, mediante qué normas se disolverían las instituciones y se conformarían
otra vez… en fin, a través de cuáles
modelos se reconstruiría el país.
Amigo
lector, no es salir del gobierno porque sí. Existiendo la voluntad de querer
salir del GPP, infiero que ya todos hemos pensado en lo que se convertirá el
país posterior al gobierno del PSUV, las vías para neutralizar los colectivos
armados y a una sociedad creyente de esta izquierda trasnochada y romántica en
la que la envolvieron Chávez y sus lacayos al país.
El
día después de ese mañana que otorgue poder a la oposición para gobernar,
tendría que haber un plan armónico donde lo criticado durante 15 años, no se
repita; y se luche por el fortalecimiento de la mente del venezolano. Donde
entienda que solo el trabajo y no un
hombre, es la única vía para progresar; esa debería ser la única ideología
privante el día después de mañana.
Gabriel Rodríguez
@gabo_rodr
@gabo_rodr
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