lunes, 17 de febrero de 2014

No me da la gana una dictadura igualita a la cubana


La consigna con la que doy inicio al artículo de hoy, fue una de las coreadas al unísono por cientos de estudiantes universitarios en compañía de la sociedad civil, durante varios días, desde el 12 de febrero, para reclamarle al gobierno por la inseguridad, el caos económico, la intolerancia y podríamos señalar también las limitaciones a la libertad de expresión.

Y es este uno de los aspectos más alarmantes. Aún cuando hablar de libertad de expresión en el país se ha convertido en la defensa al libertinaje, lo ordenado por el directorio de responsabilidad social de CONATEL -en voz de su director William Castillo-, al prohibir a los medios audiovisuales la cobertura de las protestas, causó un terrible quebrantamiento al orden constitucional.


Cómo es posible que las leyes estén por encima de la carta magna o la visión de unos pendejos asalariados del gobierno. Los artículos 57 y 58 le garantizan a la ciudadanía sus derechos a la libertad de expresión y hacerse responsable por lo que se dice, a la comunicación libre, plural; a una información oportuna, veraz e imparcial y SIN CENSURA. Que alguien me diga ¿por dónde se pasaron esos artículos? Acaso se les habrá olvidado o sencillamente, en un día caluroso, se secaron el sudor con estos.Tal vez sería que con la falta de papel higiénico... buenas resultaron esas páginas de la constitución para asearse.


En fin, la represión brutal, el cercenamiento a la expresión de nuestro pensamiento, la canalización de las exigencias lógicas que en cualquier civilización deberían privar para que el Estado conozca y reconozca el crecimiento de una crisis generalizada causada y propiciada por el mismo gobierno desde hace varios años, y cuyos puntos álgidos se evidencian en la actualidad.

Yo no creo en el gobierno. Jamás podré aceptar lo que nos digan, porque sencillamente sus actuaciones siempre han reflejado una gran oscuridad donde el ciudadano de a pie es el afectado.

En casi un año de publicaciones, muchos sabrán de mis posturas y razonamientos sobre las causas que nos han llevado a esta situación y dudo que alguien medianamente inteligente pueda oponerse a que para estar mejor el encuentro, realismo, trabajo conjunto, acciones mancomunadas y suficiente voluntad son los mecanismos idóneos para elevar al país al nivel óptimo que se merece.


Yo fui a manifestar orgullosamente porque deseo que los salarios básicos de los obreros y trabajadores humildes pueda rendirles no solo para comprar lo esencial, sino para recrearse y formarse. Porque cuando vaya a un supermercado halle los productos que requiero en forma y precio adecuado, que salir a las 9:00 pm de una clase no sea motivo para llenarnos de rosarios pa ver si Dios desde el cielo impide que alguna alma desviada haga con nosotros lo que quiera. Porque quiero vivir en un país donde la exigencia de una mejor vida, con servicios de calidad no represente un pecado o las malas miradas de un grupo.

Anhelo que el trabajo mediático no sea limitado solo porque al poder no le gusta que lo critiquen. Como un futuro especialista de la comunicación no deseo que vuelvan a quedar cientos de profesionales sin empleo por obstáculos creados para que no ejerzan libremente el ejercicio profesional.


El país se está movilizando con dignidad. Sean ricos, pobres, negros, blancos, indios, heterosexuales, homosexuales, asexuales, católicos, protestantes o ateo... allí están. Ciudadanos creyentes que saliendo del gobierno se acaban los conflictos y otros esperando ser escuchados y atendidos con respeto.

Por otra parte, tantos días de conflicto han permitido el despertar de quienes reconocen que nos quieren silenciar, y también las limitaciones mediáticas han supuesto una forma experimental que seguramente será desarrollada por teóricos en el futuro dando relevancia a que los medios de comunicación masivos hoy y futuramente continuarán siendo determinantes en toda sociedad para controlar tanta independencia expuesta en los medios sociales, y reguladores de los comportamientos de las audiencias.


No me calo una dictadura como la cubana, fascista no soy porque yo no divido al país en derecha o izquierda, ni asedio al que no piensa como yo. Sí comparto esa posición de que quienes aplauden y hacen carantoñas a la tiranía gobiernera, son seres que se revuelcan en el estiércol que les han arrojado las autoridades del Estado venezolano.

Amigo mío, observa al país con detenimiento y date cuenta que con un barril a más de 100 dólares, con sus características naturales no merece someter a sus pobladores a esta realidad. Lucha y presiona para que una vida mejor sea un deseo materializado y no la ilusión de lo que podría ser. ¡Hazte respetar!


PD: Lamento las vidas que fueron desgraciadas con todos estos tumultos. No pienses que hay francotiradores, todas las marchas son monitoreadas de forma aérea, así que es imposible. 

¿Qué hacía Juan Montoya en una marcha opositora? ¿Acaso el propio gobierno propició su muerte para estimular la rebelión de tales logias? ¿Por qué María Ramírez, coordinadora de la comuna Antonio José de Sucre, posee metralletas? ¿Así se construye la paz?

Para los manifestantes: ¡Caracas no es la Plaza Altamira, eso es Chacao! Abandonen zonas de confort. Convencer al pobre resulta fundamental.

Gabriel Rodríguez

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