jueves, 27 de febrero de 2014

#NoTabú Tabú político-económico venezolano


Las circunstancias por las que estamos pasando los venezolanos no me permiten, hoy, venir a entretenerlos con otro de mis particulares temas tabúes. Ya llegará el momento en que pueda regresar con el mejor humor a informarles y a generarles criterio sobre ciertos tópicos. Mientras tanto, me dedico a la incertidumbre y a la espera de algo bueno para Venezuela.

Estos últimos quince días (desde el 12 de febrero) Venezuela ha hecho historia con una lucha sin precedente, protagonizada por manifestantes de la oposición en contra del gobierno “socialista” presidido por Nicolás Maduro. Las calles se han cubierto de venezolanos que, a través de manifestaciones, han mostrado su descontento con un régimen represivo y autoritario que no da solución a los verdaderos problemas que los ciudadanos requieren sean resueltos.

El gran tabú de este gobierno consiste en su modelo económico fracasado que está empecinado en imponer. 

Venezuela atraviesa, actualmente, una inflación señalada como la más alta del mundo, una escasez abismal en productos alimenticios y una inseguridad que deja muertos a diario en todo el país, pero ¿qué ha hecho el gobierno? ¿Se ha sentado con intención de dar solución a los venezolanos? ¿O sencillamente, se ha hecho un tabú de estos problemas sin siquiera llevarlos a colación en enumeradas cadenas que ha dado el presidente desde el inicio de las protestas?

Interesante preguntarse: ¿En qué nivel, estos hechos violentos ocurridos a lo largo de las manifestaciones, están ayudando a este Gobierno a evadir los asuntos que requieren de solución al pueblo?

La crisis económica constituye el gran tabú del Gobierno, quien en su devaluación a la moneda, le colocó seudónimo de: “una economía cambiaria diferente”, tal cual una mujer apoda su menstruación como “la visita mensual”, ambas con un mismo propósito: hacerlo sonar más bonito, pero cuyo daño ya está hecho.

Así como el control de cambio es parte de los tabúes de este régimen, también lo son los subsidios, como por ejemplo: la gasolina; cuyo posible aumento sea uno de los temas menos populares en los ciudadanos y que solo se ha mantenido por pura política. Y, finalmente, el hueco fiscal o déficit en el cual nos estamos hundiendo.

¿Entonces qué? El 56% de inflación, el 28% de escasez de alimentos y ser, hoy en día, uno de los países más inseguros… ¿es culpa de las protestas? Eso es como haber logrado que nos tragáramos el cuento de que el fallo eléctrico era por las iguanas. Aunque de iguanas fascistas se puede esperar cualquier cosa.

Las redes sociales no pudieron llegar en mejor momento a nuestras vidas; el Gobierno afirma estar siendo victima de una agresión imperialista por parte de la “extrema derecha fascista” -¡Un kilo de harina por cada vez que lo repitan, por favor!- ¿Con qué propósito? Porque más temprano que tarde, y gracias al pajarito, que no es precisamente Chávez, quedarán en evidencia frente a una realidad en donde reina la represión y donde las armas se encuentran de un solo lado.

Todo esto no puede ser más fácil que enfrentar el abismo al cual va dirigido este país. La pregunta es:

¿Llegó Maduro muy tarde para querer un diálogo?

Saquen sus conclusiones…

¡Buenas noches! 


Angemali Fernández

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