martes, 25 de febrero de 2014

Venezuela reflejada en dos obras maestras



El escritor guatemalteco, Augusto Monterroso, publicó en 1959 el libro 'Obras completas (y otros cuentos)', el cual incluía un microrelato de solo siete (07) palabras llamado: 'El dinosaurio':

“Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí.”

Es todo lo que lo constituye; parte de la crítica lo elogia e intenta explicar el enigma. Es una historia enorme cuyo cuerpo se encuentra en la imaginación del lector -por lo que existen muchas interpretaciones-, varios afirman que el cuento hace referencia en la política mexicana del Partido Revolucionario Institucional, el cual gobernó el país por más de siete décadas y se le comparaba por su antigüedad con un dinosaurio; mientras otros piensan que ni siquiera es un cuento y es una broma de Monterroso, al que le gustaba usar juegos de palabras, chistes y humor en sus escritos.

Lo que sí sabemos es que Monterroso nos deja en una penumbra llena de pesimismo y cosas malas, de nada valdría despertar ante el panorama que nos ofrece y así está Venezuela: en penumbras. Nos vamos a dormir todas las noches esperando despertar y que mágicamente todos los problemas hayan desaparecido, nos encontramos luego decepcionados al notar que efectivamente “el dinosaurio” aún está allí, sin embargo, desde hace poco parece que Venezuela se despertó dispuesta a luchar contra el dinosaurio, defenderse a toda costa y que sus sueños se hagan realidad. Venezuela ya no duerme, Venezuela ahora se defiende. 

El dinosaurio fue considerado como el más corto relato en español hasta la publicación en 2005 de 'El emigrante', del mexicano Luis Felipe Lomelí. El cuento es:

“¿Olvida usted algo? -¡Ojalá!”

Luis Felipe afirmó que el cartel de '¿Olvida usted algo?', junto a la puerta de autobuses y aviones, sirvió de inspiración para la primera parte del cuento; la segunda parte, surge de la necesidad de borrar un hecho violento vivido en Colombia: la agonía y muerte de un ser humano a su lado.

Pero el minicuento ha podido describir y definir el gran dolor del emigrante, de no olvidar jamás sus origines, su país, y la lucha interna por lograrlo alguna vez. Así considero se sienten los venezolanos en el extranjero, mucho más ahora; con la grave situación del país, todos los nacidos en esta tierra, desean regresar, estar aquí con sus hermanos y luchar por su nación; todos esperan que este capítulo termine para poder regresar, estar con sus familiares, degustar una sabrosa arepa, disfrutar de las bellas playas, pero sobre todo, vivir en una Venezuela libre

Nada me haría más feliz que ver esos emigrantes devuelta en nuestro país, vivir todos en paz y unidos como un solo. Supongo que tengo fe y espero el dinosaurio ya no esté. 

Emily Andrade

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