lunes, 21 de abril de 2014

Luz necesitamos en LUZ


Hace tiempo decidí no escribir sobre asuntos universitarios, pero ante la sarta de tonterías y mediocridades escuchadas, leídas, vistas y padecidas en una de las casas universitarias más importantes del país, resulta imposible no fustigarlo en esta tribuna.

¿Quiénes son las autoridades de LUZ? Yo la verdad no sé. Supuestamente hay decanos, rectores, consejeros, dirigentes estudiantiles y sindicales; hacedores de carantoñas a políticos, oficinas gubernamentales, la prensa y demás. Sentencian, juzgan, sugieren, omiten, sí, sobre todo omiten, en fin una actuación reducida al decir y no al ejecutar, planear y desarrollar.

No tiene justificación que en pleno siglo XXI el 70% de los empleados universitarios (obreros, docentes y personal administrativo) haga lo que literalmente ‘le da la gana’. Impuntuales, irresponsables y hasta irrespetuosos no solo con las personas a las que se dirigen, sino con su función, su investidura, su espacio dentro de un ambiente que debería ser sagrado.

Durante 4 años cursando estudios en LUZ, me asombra notar la desfachatez de los obreros al cerrar accesos, solicitar incrementos, reclamar cancelación de pasivos, entre otras cosas y cuando entras a un salón hay metros y metros de telarañas en las paredes y el techo. Si llevas a cabo un proyecto de seguridad y quieres donar los pasadores de las puertas, el personal de mantenimiento arguye toda una cantidad de barbaridades para no colocarlos que van desde la falta de personal a la ausencia de tiempo ‘para esos menesteres’, y si por casualidad de la vida no pudiste contener tus esfínteres o decidiste ir al baño para siquiera lavarte las manos, no sales de allí saciado sino con alguna infección o bacteria. A todas estas ¿pueden reclamar mejores condiciones salariales los obreros, si no pueden garantizar espacios idóneos?

Lo peor: al finalizar cada protesta profesoral con paros temporales o indefinidos, los obreros se inventan una nueva manifestación que siempre consiste en el cese de sus funciones ¿insólito no? Absurdo siempre será que en vez de tomar las sedes rectorales, los sindicalistas terminan perjudicando a estudiantes poco o nada responsables de sus reclamos.

Profesores: ¿cuál es su contribución con la sociedad? Respuesta trillada e hipócrita: ‘formar profesionales excepcionales permitidores del crecimiento del país… fomentar la pluralidad de pensamiento entre los futuros profesionales…’ Si los académicos procuraran hacerse un autoanálisis y entendieran que enseñar no puede ser solamente dedicarse a dar 4 unidades y hacer la misma cantidad de evaluaciones, de forma descontrolada y a punta de golpes “porque tenemos que acabar la materia antes de tiempo para agarrar las vacaciones por anticipado”.

Me disculpan quienes lo hagan, pero creo que la puntualidad, vestimenta, el discurso, bagaje, la crítica, permitir el discernimiento y rechazarlo estableciendo razones, la actualización constante y la verdad frente a la irracionalidad, ideologías y actuaciones anárquicas, el desorden en la organización para la que trabajan, etc ¡así sí se construye país!, ¡así sí te conviertes en ejemplo!, ¡así sí formas futuros profesionales con criterio!. Si de lo contrario un académico se empeña en ser tan mamarracho y mediocre como el educando, sin duda ilustra a la perfección el país que tenemos y el que se terminará de consolidar.

Desorden presupuestario: Si las partidas existen por qué no se cancelan. Está bien, suena lógico no cancelar becas si las clases se encuentran suspendidas desde hace 2 meses y medio; sin embargo cabe preguntarse cuántos becados quieren acudir a clases, para determinar si no acuden porque esa es su mejor forma de protestar o por la imposición de la visión y estilo de un tercero, impidiendo al resto decidir qué hacer.

A quienes controlan el tesoro universitario les encanta esa amenazadera de los sindicalistas. Ya hasta junio le dio oportunidad la APUZ de cancelar antigüedades, y el resto de los gremios cerraron accesos a la universidad para impedir yo no sé qué. No les preocupa a las autoridades qué pensamos los miembros de la universidad. Les resbalan los juicios de los estudiantes y empleados.

Esta publicación no tiene como propósito quejarse porque sí del funcionamiento universitario. Resulta imprescindible en la actual coyuntura reflexionar sobre la familia, el empleo, la institución o empresa que somos y queremos pero antes debemos examinarnos.

Hay estudiantes felices con la suspensión de clases. Y como no, si el tiempo les rinde para trabajar y montar sus negocitos, porque de oportunistas está lleno el país, y esa es la palabra para calificar a un numeroso grupo de individuos quienes deberían estar estudiando y construyendo conocimientos, no obstante se hallan en la calle y no para protestar, sino para hacerse de un dinerito.

Los problemas existen para superarlos y aleccionarnos. Si las circunstancias de hoy no contribuyen a lograr una mejor sociedad, con individuos verdaderamente reflexivos y civilizados, entonces a Venezuela se la llevó quien la trajo y no sirve de nada ese montón de universidades cuando un delincuente y un futuro profesional, son iguales. 

Esmerémonos por ser mejores y corregirnos. Esa luz necesaria en LUZ debe ser un manto de sabiduría y reflexión. Si cada uno de nosotros no ejerce cabalmente su rol, pues no diga luego que los vicios actuales son culpa de los políticos cuando realmente usted y yo condujimos a Venezuela al despeñadero.

Gabriel Rodríguez
@gabo_rodr

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