martes, 17 de junio de 2014

#Especial: Merecíamos una mejor inauguración del Mundial de Fútbol 2014


Cuando esperamos hasta las 2:00 pm, terminamos las obligaciones bien temprano, con impaciencia escuchábamos comentarios a tono o sosos de los moderadores deportivos de las diferentes televisoras por las cuales disfrutamos de uno de los eventos deportivos más importantes, cuando por fin llegó el momento de evidenciar las “sorpresas” preparadas para los espectadores por parte del país con la cultura más ecléctica y variopinta de América Latina, dieron ganas de llorar. Eso fue bochornoso, deprimente, mediocre, sin sal, sin azúcar, sin sazón, sin nada. Flojo hasta la saciedad, sin clímax y mucho menos con dosis mínimas de innovación.

Cuando empezaron los primeros espectáculos aquello parecía un evento de preescolar o peor aún, recordaban los números musicales infantiles que prepara Venevisión en Venezuela para sus mensajes navideños o el certamen nacional de belleza. Fue tan patético y deprimente, que quien hubiera estado desanimado y quisiera emocionarse con la inauguración del Mundial de Fútbol al percatarse de los acontecimientos seguramente se suicidaría.


El mundo padece una de las crisis creativas más grandes. Cómo imaginamos al país de la samba, donde se llevan a cabo los carnavales más majestuosos, impactantes y estremecedores del planeta. Con las empresas de entretenimiento envidiadas en cualquier lugar de los cinco continentes y con una economía tan próspera, dándole un show al universo donde su pueblo terminaría avergonzándose por lo visto.

La inauguración del Mundial me hizo recordar a los eventos del sorteo y de inauguración de la Copa América en Venezuela en el 2007, donde colocaron a los artistas y animadores de menor proyección, los peorsitos y a las escuelas de danza con menos integrantes del país. Así mismo ocurrió con el espectáculo del jueves pasado.

En esta vida debe haber un equilibrio en cada una de las acciones desempeñadas; pero hubiéramos preferido algo extravagante y exagerado que espectáculos sin gracia.

Lo medio emocionante de la inauguración sucedió cuando los cantantes del tema oficial llegaron al escenario; claro, tristemente ese vestuario de Pitbull, el playback de este y sus compañeras, la inexistencia de una coreografía perfecta los hizo parecer tontos y burdos.


Pero, nunca faltan los esperanzados, hay quienes piensan que si la loba de Shakira (y loba porque sus aullidos son únicos) se presentaba, tal vez hoy no estuviéramos hablando de los desperfectos de la inauguración y yo respondo que ¡NO!

El espectáculo tuvo un enorme problema de producción, así el Cristo Redentor descendiera de la montaña, protagoniza la inauguración, también habría quedado deslucido y soso porque la producción del espectáculo fue patética, deficiente.

Esperemos que para el cierre hayan las debidas correcciones y los organizadores no vuelvan a defraudar al propio Brasil y al resto de América Latina, porque sí cuando un evento de tal magnitud y relevancia se realiza en algún país de América el resto de los habitantes del continente lo siente suyo, y valora positiva o negativamente lo realizado.

Señores, ¡no nos avergüencen más! 



Gabriel Rodríguez

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