lunes, 15 de diciembre de 2014

#Especial La triste historia del final de Pilar Romero


En una de las últimas publicaciones hechas por Orlando Suárez para El Nacional, me enteré que la dramaturga, lingüista y actriz venezolana Pilar Romero (madre de César Román y pareja o ex pareja del prestigioso Director César Bolívar), está muy enferma a causa de la Vasculitis, una terrible enfermedad degenerativa padecida desde hace varios años.

Para quienes lo desconozcan Pilar Romero ha sido la artífice de obras como Elizabeth, Mayte, Historia de Amor en el 23 de Enero, Mosquita Muerta, Los Muros del Silencio, Toda Mujer, entre otras producciones hechas entre los 70, 80, 90 e inicios del 2000; recientemente pudo ser la gran adaptadora de Mi Prima Ciela (2007) y Libres como el Viento (2009). Alumna de grandes maestros como José Ignacio Cabrujas, Román Chalbaud, Salvador Garmendia, Julio César Mármol y Clemente de la Cerda; en el Teatro tuvo la oportunidad de participar en el laureado grupo Rajatabla bajo la dirección del Señor Carlos Giménez, y también fue formada por José Simón Escalona, Presidente del Grupo Theja.

Una vida dedicada al arte, a la formación de mejores generaciones de actores y escritores, pero tristemente pareciera que a veces es insuficiente. Pilar Romero llegó a la vejez desprotegida totalmente. Luego de haber dedicado una vida entera a la creación de obras para RCTV, Venevisión y cadena Telemundo, hoy yace postrada en una cama sin audición, invidente, con sus miembros inferiores degenerados e inmóviles, recientemente sufrió un ACV y con continuas infecciones producto de su padecimiento.

Es muy triste darse cuenta lo efímero que significa ser artista en Venezuela, muchísimo más para quienes dedicaron su vida a la narración de telenovelas, montaje de obras de teatro, producción literaria y afines. Son pocos los que trascienden las barreras del tiempo y sin embargo muchos consideramos que en el camino se obvian cosas importantes.


El actor e hijo de la dramaturga: César Román ha pedido la colaboración de los venezolanos para poder cumplir con el tratamiento de su madre. Él apela a la solidaridad de nuestro pueblo para que no dejen a su suerte a quien durante mucho tiempo hizo feliz a los espectadores. Pero situaciones como estas me hacen preguntarme ¿Por qué los escritores de telenovelas venezolanas están condenados a las migajas?, ¿Acaso Pilar Romero no merece el mismo homenaje que a personas como Félix Caignet (autor del Derecho de Nacer), Delia Fiallo o Inés Rodena se les ha hecho en Venezuela?, ¿Será otra responsabilidad de gobierno que Pilar Romero empeorara sin siquiera tener trabajo, porque cuando RCTV la contrató como asesora, también estaban quitando su señal del cable?


Son situaciones que al final conducen a lo mismo: somos mediocres, no valoramos lo nuestro, no reflexionamos, no pensamos, no nos conscientizamos; no obstante nuestras percepciones deben cambiar y la situación por la que atraviesa Pilar Romero tiene que sensibilizarnos. Por ella nuestras oraciones. 



Gabriel Rodríguez

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