A lo largo de su historia, Venezuela ha
transitado por enormes pruebas, desafíos y ocasionalmente en el abismo hemos
estado a punto de caer sus habitantes. Pudimos ser blancos, verdes, rojos y no
pensamos en ¿por qué no podemos ser todos iguales?. La ideología política ya no
es un segmento, sino un todo: nuestra orientadora, motivadora y razón de ser.
Hoy las semejanzas se han hecho a un lado para darle fuerza suprema a las
diferencias.
Cuando decidía qué escribir para hoy me di
cuenta del porqué hablar del Gran Venezolano y no opinar sobre el quehacer
político nacional. Nuestro país transita por uno de sus mayores retos en su
etapa contemporánea. Estamos ante la disyuntiva de seguir disgustados los unos
con otros, o iniciar una reflexión que desemboque en la práctica de acciones
generadoras del desarrollo y bienestar común.
Continuar distinguiéndonos entre los ricos y
los pobres, azules y rojos, los de izquierda o derecha, no nos llevarán a
ningún lado. Me emociona enormemente darme cuenta que aún cuando tengamos
muchos problemas salimos a la calle a enfrentar la vida, rápidamente tratamos
de adaptarnos a las problemáticas y el contexto. A muchos nos emociona el
reconocimiento por noticias positivas, de paisanos brillantes que marcan pauta
dentro y fuera de nuestras fronteras, con la capacidad de solidarizarnos al ver
a un vecino en una situación agravante, de poder aconsejar a quien necesite una
reflexión y la humildad para escuchar una crítica cuando de ella seamos
merecedores.
El Gran Venezolano debe ser aquel individuo
consciente, racional, autónomo con convicción y práctica. Reclama lo
correspondiente por derecho y vigila el cumplimiento cabal de nuestras normas
sociales. Ya basta de tanta estupidez, aberración, división y verbo violento injustificado.
Somos iguales, las similitudes son mayores a las divergencias. Mírate en el
espejo y te darás cuenta que físicamente no eres igual al otro. Pero en el
pensamiento y la práctica lo único separador y distinguidor es el proceso
utilizado para encontrar lo que tú necesitas.
La gran necesidad creciente en ti (a quien no
busco aburrirle) y en mí, es despertarnos una mañana y darnos cuenta que en
nuestra sociedad la paz, el porvenir, el trabajo, la eficiencia y respeto son
constantes guiadoras de nuestra vida como sociedad. ¿Ocurrirá algún día? Yo tengo
mucha fe en que así sea, solo debemos tener presente la no dependencia de ello
en manos de un hombre o de algún grupo. Por el contrario, todos los ciudadanos
de Venezuela haremos de esta nación un lugar grande donde ocurran cosas buenas.
1 comentario :
Graciaaaaaassssssssss!!!!!!!
(Para el que lea el comentario, el autor del mismo, hizo la imagen)
:)
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