Lamentablemente,
aún cuando nos minan los conflictos, la voluntad política para erradicar las
crisis (económica, política, social, cultural) se desvanece cada día
transcurrido. Notamos que la salida a los problemas hoy es sumamente
imperceptible, y sin duda alguna se debe a la falta de consenso, la
inexistencia de una figura que permita la concurrencia, y las diversas y
distantes visiones del país.
Cada
grupo político, actualmente, defiende su espacio de poder cual parcela de
tierra. Dejando a un lado la supremamente necesaria obligación de establecer un
acuerdo de gobernabilidad, en el cual se respeten las ideas, convicciones y
competencias de cada regente local, los sectores productivos del país con el fin
de solventar el malestar aquejante de toda una sociedad que anhela un salario
rendidor, mayor seguridad personal, hallar sus alimentos según su preferencia (en
marca y cantidad), entre otros.
Si
hay algo en lo que debemos coincidir, es que no sabemos con precisión quién y
cómo está gobernando al país. A decir verdad nunca hemos tenido convicción
plena de este hecho. Basta ver el actual gabinete de gobierno, el discurso del “presidente”,
las acciones desde el resto de los poderes públicos tanto nacionales como
regionales.
Tanto
los disidentes como seguidores de la causa psuvista, sabemos que existen grupos
totalmente identificados dentro de ese partido con mucho caudal económico y
humano. Uno de ellos es el encabezado por el presidente de Pdvsa y ministro de
petróleo Rafael Ramírez, quien junto a Giordani es el de mayor longevidad
dentro del gobierno chavista y ratificado en el madurista. Por otra parte
encontramos la línea política Maduro-Flores, quienes por estar casados no creo
que peleen por poder, más del que tienen es imposible.
Estos
últimos han sido parte de ese grupo ideológico izquierdista, pero en la práctica
distan de comportarse de acuerdo a lo pregonado concerniente a su filosofía
política. Otro grupo político es el de Jaua, un tanto gris a decir verdad, y
quien encabeza la tercera división del partido oficialista. Para finalizar,
hallamos la línea más radical, nepótica y corrupta de este clan y no es más que
el encabezado por el actual presidente de la AN. Notando el panorama ¿cómo
podemos decir certeramente quién nos gobierna? Cada una de estas logias gozan
de independencia y autonomía. ¿Por qué? Bueno ya el país está lo
suficientemente dividido como para fragmentar el partido al cual pertenecen.
En
vista de la fuerte necesidad de generar consensos dentro del mismo gobierno y
sus personeros, se deja a un lado la relevancia de ocasionarlo en todo el país.
Los poderosos parecen no comprender la situación en la que estamos, o tal vez
sí. Solo que fomentan nuevas crisis para distraernos, sin caer en cuenta que la
importancia de los males existentes no se supeditarán a ninguna matriz sin
fundamento.
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