Bastó
ponerle las manos, desde 2007, a todo el sistema eléctrico, para que pasemos
más tiempo a oscuras que iluminados. En un país en el cual la inseguridad y el
encarecimiento de las cosas es lo que priva, ahora gozar de un servicio tan
indispensable como lo es este, parece otro karma por el cual debemos transitar.
Hace
varias semanas el encargado del Ministerio de la Emergencia Eléctrica, señalaba
que era necesario disminuir el consumo y modificar las tarifas, en aras de
menguar la problemática en cien días, sin que en ese tiempo se produzca la
subsanación definitiva del problema. Algo relevante de todas estas
declaraciones, es que el término “saboteo” no se escuchó en ningún momento, por
el contrario, las palabras colapso, corrupción y falta de inversión manejaron
el lenguaje del actual ministro Chacón.
No
entiendo hasta cuando vamos a continuar en este tira y encoje del gobierno y
los ciudadanos. No comprendo por qué como habitantes de Venezuela, que sufrimos
igualitariamente, a menos que tengamos altos cargos de gobierno, la falta de
electricidad, el daño en nuestros electrodomésticos, no salimos a la calle a
pedirle seriedad a esta gente que dentro de poco cumplirá 15 años ostentando
las riendas y administración del Estado.
Fracasan
en todo lo que se proponen, son similares al rey Midas pero inversamente. A lo
que le ponen la mano en vez de convertirse en oro termina siendo estiércol.
Basta ya de acciones de este tipo. Todo el que ocupa un cargo de elección
popular llega allí porque así lo decide una mayoría, pero igual deben gobernar
para todos, porque el voto NUNCA se pierde.
Ahora
se hablan de años para solventar la problemática, y ¿acaso llevamos un par de
meses ante esta circunstancia?, son años y cada vez lanzan las excusas más
estúpidas, sabiendo que los bobos de los que estamos rodeados creen hasta el
argumento más carente de razonamiento.
Me
da mucha lástima notar como vamos a un despeñadero y nadie hace nada, somos un
pueblo que hoy más que nunca se acostumbró a ser mandado y a recibir dádivas de
gente que quiere suavizar las cosas. Yo confío en el potencial de mis
coterráneos y por ello me asquea esta apatía.
Desde
hace casi dos décadas a los dos mandatarios que hemos tenido les interesa ser
líderes del extranjero y resolver las fallas en Nicaragua, Bolivia, Argentina y
Cuba; y a Venezuela que le ocurra como la canción “que se la lleve el río”.
Salgamos a la calle a buscar oportunidades en una nación en donde desde todas
las instancias del poder se estimule el buen vivir, el buen saber y el buen
trabajo. Que ello deje de ser un mero sintagma lingüístico para convertirse en
la acción orientadora de esta tierra.
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