Cabello, es uno de los políticos más radicales del país y de su organización. Dios quiere a los venezolanos, y no permitió que los destinos del país hayan quedado en manos de un hombre que lo único bien hecho ha sido castrar la ética de los representantes de los poderes públicos del país. Sin embargo, la semana pasada pude ver como este hombre se llenaba de ira y atacaba al partido PJ con suprema vehemencia, acusándolos de planes para derrocar al gobierno de Maduro en tres meses y claro eso sí, pidiéndoles a sus flamantes camaradas el apoyo para los candidatos a alcaldes por el PSUV.
Bueno resulta cómico notar la conducta de este ser, quien actúa de tal forma por una amenaza latente de dirigir todas las críticas de la autodenominada “revolución” a él, y además el perder municipios en los cuales hoy gobiernan producto de la abstención de los electores rojos y del inexistente liderazgo en el partido de gobierno.
Desde hace mucho tiempo todos sabíamos de las marramuncias del presidente de la AN, el conflicto hace mella cuando actualmente el poder adquisitivo de los ciudadanos ha mermado tanto, producto del agigantamiento del costo de la vida, las fuertes denuncias de corrupción, el caos económico, el paro del sector universitario, el desabastecimiento generalizado y la deficiencia de los servicios públicos. Atrás quedó ese lema de “con hambre y sin empleo con Chávez me resteo”. Los venezolanos queremos mejor vida y ya empezamos a sentir que el actual gobierno no quiere dárnosla.
De acá al 8 de diciembre aún falta mucho, sin embargo con esta rapidez con la cual se van los días no dudo que mañana ya debamos votar. Y si, como dice el actual presidente del país, le inoculan algo malo como una gripe, una fiebre, una torcedura de pie, o que le caiga el bigote, a lo mejor debemos sufragar otra vez para escoger a una “mente brillante” para que dirija los destinos de la nación.
No quiero resultar absurdamente irónico, aburrido y despectivo con alguna tendencia política del país, probablemente lo escrito por mi solo lo leerá alguien opositor al gobierno, aunque pueden haber sus excepciones. Pero pienso que debemos madurar, que la nación será grande a medida que sus habitantes estemos más preparados y capacitados.
Escuchar a Cabello con sus tontas amenazas, a sabiendas de ser él uno de los principales causantes de la deslegitimación de Maduro, raya en lo estúpido. Entonces a medida que descartemos y analicemos con profusión cada palabra, y cada discurso, entenderemos las razones reales de por qué cada politiquero se expresa como lo hace.
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